La
organización y el contexto global
El
mundo está cambiando, y lo está haciendo a un ritmo
sorprendentemente acelerado que parece no estar en la agenda diaria
de consideración del empresario, tal vez por falta de atención
o debido al flujo constante de actividad social de la que la mayoría
somos victimas.
El
reordenamiento que la economía global, los sistemas
internacionales de producción y distribución, las
tecnologías de información y la manera de hacer
negocios están sufriendo, no tiene un impacto aislado en la
esfera de los grandes corporativos y trasnacionales. Por el
contrario, es precisamente a través del comercio, la
competencia global y las multinacionales, que cualquier modificación
en los mercados internacionales se transporta inmediatamente a todos
los rincones del mundo de los negocios, colocando elementos de
competencia directa a cualquier empresa u organización sin
importar su tamaño.
Dentro
del espectro de la pequeña y mediana empresa, no es raro
considerar ajeno y lejano el efecto (y acción) de la
globalización, y considerar que no afecta. Aun cuando las
Pymes y demás empresas se mantengan dentro de su centro de
comercio doméstico, a su alrededor, y en todo momento, existen
productos, servicios, empresas y sistemas de producción y
comercialización de talla internacional, que representan un
elemento de competencia que seguramente cuenta con buenas
características y un elevado nivel de competitividad. Este
fenómeno, aunque ajeno a la voluntad misma de la empresa,
puede seriamente minar sus capacidades y disminuir gradualmente su
participación en el mercado, el cual puede estar recibiendo un
mayor número de competidores como nuevos entrantes. Sin darse
cuenta, una organización puede verse asediada de un día
a otro por la presencia de nuevos productos o servicios, colocados en
el mercado por competidores nuevos y desconocidos.
Para
contrarrestar el estado de propensión a la normalidad (estado
en el que no se actúa ante contingencias y cambios), y
desarrollar las habilidades necesarias para la adaptación
(reconfiguración) a los nuevos e innovadores modelos de
administración, competencia y producción, las empresas
deben establecer una estrategia interna de creación y gestión
del conocimiento. Una organización de aprendizaje es aquella
que incuba en todo su personal la habilidad, deseo y oportunidad para
acceder al éxito personal a través del conocimiento,
garantizando al mismo tiempo un paso seguro por el camino hacia el
éxito corporativo.
El
capital humano
Aun
cuando la humanidad se ha mantenido bajo constante cambio desde que
las civilizaciones antiguas tomaron forma, la organización y
el ser humano del siglo XXI deben identificar los aspectos
fundamentales del estado de transición que se desenvuelve en
este preciso momento, y que impulsan a la sociedad de una era de
información a una de conocimiento. Como resultado de este
estado socioeconómico transitorio, la naturaleza cambiante del
trabajo y los modelos administrativos depositan ahora más
valor en intangibles (como
conocimiento e innovación)
que en activos tangibles. Por lo tanto, para lograr la eficiencia en
el desempeño y una adecuada gestión del trabajo
intensivo en conocimiento, se requiere hoy de nuevas habilidades, y
por consiguiente, de personal dispuesto al cambio y adaptación
(puesto de otra manera, de un nuevo tipo de personal).
En
la sociedad actual, una nueva clase de recursos humanos con una
valuada combinación de habilidades y compromiso hacia el
cambio y aprendizaje, puede definitivamente opacar las presentes
generaciones de empleados de labor y terminal informática.
Esto no significa que la solución a las nuevas necesidades sea
el reemplazo de plantillas enteras de personal por otras nuevas, sino
una reconversión de éstas hacia un nuevo esquema de
capital humano, con fuertes habilidades para el aprendizaje,
creación, uso y trasferencia de conocimiento. Todo esto
representa mucho más que simplemente un cambio social, se
trata de un cambio en la condición humana.
En
realidad, el conocimiento al interior de las organizaciones siempre
ha existido, no es que sea un concepto novedoso o de reciente
creación. Anterior a la revolución industrial,
habilidad, secreto y conocimiento eran trasferidos de generación
en generación o de maestro a aprendiz, y eran una parte
esencial de toda ocupación. Sin embargo, estas habilidades
normalmente eran trasferidas/prendidas una sola vez, puesto que
generalmente cambiaban poco a lo largo de la vida activa de los
trabajadores.
En
contraste, el conocimiento se ha convertido en un activo cada vez más
importante para el desempeño y valor de un inmenso número
de ocupaciones hoy en día, y adicionalmente, las capacidades y
habilidades del empleado requieren de renovación constante.
Hoy,
nos adentramos en la era de la sociedad de conocimiento, a partir de
hoy mismo, la ventaja competitiva tanto de empresas, organizaciones y
naciones se sustentará de manera creciente en la correcta
gestión para el aprendizaje. Qué tan eficientemente un
individuo, una organización, una industria o un país
crea, adquiere y aplica conocimiento se ha convertido en el factor
clave de éxito. En la era naciente, la necesidad de
incrementar la competitividad tendrá un incremento
estratosférico por la simple razón que, al ser el
conocimiento universal y fácilmente accesible, no existirá
excusa para no acceder a él y mantener un pobre desempeño.
Puesto en otras palabras, ya que gracias a las tecnologías de
información e Internet podemos hoy obtener recursos de
conocimiento y acceder al aprendizaje de una manera muy sencilla y
económica, aquellas organizaciones que decidan no innovar y
adaptarse a los cambios muy probablemente perecerán.
DVM / Frausto
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