martes, 12 de febrero de 2013

UN CICLO DE CAMBIO Y CONOCIMIENTO


La organización y el contexto global

El mundo está cambiando, y lo está haciendo a un ritmo sorprendentemente acelerado que parece no estar en la agenda diaria de consideración del empresario, tal vez por falta de atención o debido al flujo constante de actividad social de la que la mayoría somos victimas.

El reordenamiento que la economía global, los sistemas internacionales de producción y distribución, las tecnologías de información y la manera de hacer negocios están sufriendo, no tiene un impacto aislado en la esfera de los grandes corporativos y trasnacionales. Por el contrario, es precisamente a través del comercio, la competencia global y las multinacionales, que cualquier modificación en los mercados internacionales se transporta inmediatamente a todos los rincones del mundo de los negocios, colocando elementos de competencia directa a cualquier empresa u organización sin importar su tamaño.

Dentro del espectro de la pequeña y mediana empresa, no es raro considerar ajeno y lejano el efecto (y acción) de la globalización, y considerar que no afecta. Aun cuando las Pymes y demás empresas se mantengan dentro de su centro de comercio doméstico, a su alrededor, y en todo momento, existen productos, servicios, empresas y sistemas de producción y comercialización de talla internacional, que representan un elemento de competencia que seguramente cuenta con buenas características y un elevado nivel de competitividad. Este fenómeno, aunque ajeno a la voluntad misma de la empresa, puede seriamente minar sus capacidades y disminuir gradualmente su participación en el mercado, el cual puede estar recibiendo un mayor número de competidores como nuevos entrantes. Sin darse cuenta, una organización puede verse asediada de un día a otro por la presencia de nuevos productos o servicios, colocados en el mercado por competidores nuevos y desconocidos.

Para contrarrestar el estado de propensión a la normalidad (estado en el que no se actúa ante contingencias y cambios), y desarrollar las habilidades necesarias para la adaptación (reconfiguración) a los nuevos e innovadores modelos de administración, competencia y producción, las empresas deben establecer una estrategia interna de creación y gestión del conocimiento. Una organización de aprendizaje es aquella que incuba en todo su personal la habilidad, deseo y oportunidad para acceder al éxito personal a través del conocimiento, garantizando al mismo tiempo un paso seguro por el camino hacia el éxito corporativo.

El capital humano

Aun cuando la humanidad se ha mantenido bajo constante cambio desde que las civilizaciones antiguas tomaron forma, la organización y el ser humano del siglo XXI deben identificar los aspectos fundamentales del estado de transición que se desenvuelve en este preciso momento, y que impulsan a la sociedad de una era de información a una de conocimiento. Como resultado de este estado socioeconómico transitorio, la naturaleza cambiante del trabajo y los modelos administrativos depositan ahora más valor en intangibles (como conocimiento e innovación) que en activos tangibles. Por lo tanto, para lograr la eficiencia en el desempeño y una adecuada gestión del trabajo intensivo en conocimiento, se requiere hoy de nuevas habilidades, y por consiguiente, de personal dispuesto al cambio y adaptación (puesto de otra manera, de un nuevo tipo de personal).

En la sociedad actual, una nueva clase de recursos humanos con una valuada combinación de habilidades y compromiso hacia el cambio y aprendizaje, puede definitivamente opacar las presentes generaciones de empleados de labor y terminal informática. Esto no significa que la solución a las nuevas necesidades sea el reemplazo de plantillas enteras de personal por otras nuevas, sino una reconversión de éstas hacia un nuevo esquema de capital humano, con fuertes habilidades para el aprendizaje, creación, uso y trasferencia de conocimiento. Todo esto representa mucho más que simplemente un cambio social, se trata de un cambio en la condición humana.

En realidad, el conocimiento al interior de las organizaciones siempre ha existido, no es que sea un concepto novedoso o de reciente creación. Anterior a la revolución industrial, habilidad, secreto y conocimiento eran trasferidos de generación en generación o de maestro a aprendiz, y eran una parte esencial de toda ocupación. Sin embargo, estas habilidades normalmente eran trasferidas/prendidas una sola vez, puesto que generalmente cambiaban poco a lo largo de la vida activa de los trabajadores.

En contraste, el conocimiento se ha convertido en un activo cada vez más importante para el desempeño y valor de un inmenso número de ocupaciones hoy en día, y adicionalmente, las capacidades y habilidades del empleado requieren de renovación constante.

Hoy, nos adentramos en la era de la sociedad de conocimiento, a partir de hoy mismo, la ventaja competitiva tanto de empresas, organizaciones y naciones se sustentará de manera creciente en la correcta gestión para el aprendizaje. Qué tan eficientemente un individuo, una organización, una industria o un país crea, adquiere y aplica conocimiento se ha convertido en el factor clave de éxito. En la era naciente, la necesidad de incrementar la competitividad tendrá un incremento estratosférico por la simple razón que, al ser el conocimiento universal y fácilmente accesible, no existirá excusa para no acceder a él y mantener un pobre desempeño. Puesto en otras palabras, ya que gracias a las tecnologías de información e Internet podemos hoy obtener recursos de conocimiento y acceder al aprendizaje de una manera muy sencilla y económica, aquellas organizaciones que decidan no innovar y adaptarse a los cambios muy probablemente perecerán.


DVM / Frausto



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